LOS FANTASMAS DE TCN.

Por Eduardo Haddad Borge

En alguna ocasión leí un artículo de Gordon Baxter (¿o era de Len Morgan?) donde narraba su experiencia después de uno de los Fly-in que año con año realiza en Oshkosh, Wisconsin, la EAA.

Expresaba lo que sentía al ver la "sombra" dejada por los miles de aviones que estuvieron parados en el mismo lugar durante una semana: el pasto marchito, dibujando huellas de aviones fantasmas.

Si bien pude entenderlo cuando lo leí, el 2 de mayo y el 31 de octubre pasados, fechas en que finalizaron los Fly-ins realizados en 1999 en Tehuacán, pude sentirlo en carne propia (desde luego guardando toda proporción).

Es increíble ver llena de aviones la plataforma del aeropuerto donde uno aprendió a volar y hace la mayoría de los vuelos, pero después es muy triste tener que ver partir a todos, uno por uno. Quizás por eso (entre otras cosas), Alex y Jorge dejaron de organizar Fly-ins.

En fin, el pretexto para reunirnos el pasado 30 de octubre fue hacer unos toques a la marca, romper globos y saborear un platillo típico, mezcla de tradiciones prehispánicas y modernas, que solamente se hace en esta temporada en la región de Tehuacán: el "mole de caderas".

Los resultados de la práctica, más que competencia, ya que se podía repetir cuantas veces uno quisiera y no hubo premios, fueron los siguientes:

En toques y rebotes la ganadora fué Marié López del Puerto de la Garza, que aunque tiene pocas horas de vuelo le sobra entusiasmo y trae la volada en la sangre (doctor, límpiese la baba). Acompañada de su papá (arqui, tú también) en su Cessna 182, XB-BMJ, tocó dos metros después de la marca.

Luego el avión de la escuela CAAA, Cessna 150, XB-DIT, tocó dos metros antes y un servidor, en el Cessna 140 XB-NER, seis metros después de la marca.

De ahí, tocaron diez metros después, David Concha en su P210 y Juan "El Malo" en su 182. Julián Dib, en su T210, tocó diez metros antes (Julián: ya deja el PA-18 que estás perdiendo el toque). Pancho Brandes en su P210 tocó a 20 metros en el primer intento y a 30 en el segundo, ambos después de la marca. Carlos López de Llergo, en Cessna 210, tocó 32 metros después.

Esteban Vigil, que está estrenando un Mooney M20E (muchas felicidades) tocó 40 metros después, pero eso sí, muy entusiastas él y Elia, ya que llegaron a comer y volvieron el mismo día a Guadalajara (Elia: gracias por aguantarlo). Finalmente, el doctor Mario de la Garza, en su 182, tocó 30 metros antes.

En la caza de globos, tuvimos un ganador indiscutible, que al ver que rompió el primer globo pidió que le soltaran un segundo, para que sus paisanos no fuéramos a decir que lo hizo por casualidad, y como es un vago (perdón, muy bueno) lo rompió también. Para los que aun no saben de quien estoy hablando, fue Julián Dib en su Cessna 210, XB-CYO.

Juan González, en su 182, XB-KAQ, lo rompió a la primera, y Pancho Brandes en su P210, lo hizo al segundo intento. Al final, Luisa Romero subió en su acrobático Edge 540 a cazar globos y aunque el primero se lo soltaron un poco tarde, lo alcanzó y lo rompió. El segundo lo trató de tronar con el tren arriba (su avión es de tren fijo) y como no lo logró se dedicó a hacer una serie de machingüepas que fueron el deleite de todos los presentes. Los demás no rompimos el globo a la primera ni a la segunda; ya habrá otra oportunidad.

Después de todo, recordar lo acontecido quita el mal sabor de boca de ver el aeropuerto vacío. Gracias a todos por asistir, a las autoridades correspondientes por su apoyo y a Salvador Santiago y Letty por su ayuda y entusiasmo. Espero que hayan disfrutado la convivencia y el mole y los esperamos el próximo año.

 

 

 

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