FLIGHT OF PASSAGE

El 4 de julio de 1966, Rinker y Kern Buck despegaron de un pueblo de New Jersey en un viejo Piper Cub que compraron por trescientos dólares y restauraron en un granero durante el invierno. Tenían 15 y 18 años de edad y habían aprendido a volar con su padre, que trabajaba para una revista en la vecina New York. Su intención era cruzar diagonalmente los Estados Unidos, hasta llegar a Los Angeles, volando diariamente tanto como pudieran. Navegarían visualmente, con brújula, reloj y cartas, ya que el Cub no tenía radios, y dormirían en sacos bajo sus alas.

En una de las primeras paradas para cargar combustible, cuando sin darle mayor importancia mencionaron Los Angeles, el pipero ofreció pagarles el desayuno si esperaban veinte minutos a que llegara un periodista amigo. Como viajaban con poco dinero, aceptaron. La breve entrevista apareció en el periódico local con el comentario del reportero de que los aventureros eran idénticos a John y Bob Kennedy, de donde una de las grandes cadenas de noticias la tomó y difundió a nivel nacional.

Sin que ellos lo supieran, pronto hubo periodistas en cada aeropuertito, tratando de adivinar donde aterrizarían. Donde quiera la gente les decía que había escuchado las noticias y "efectivamente se parecen a los Kennedy" (la familia de moda), pero los reporteros no los localizaron hasta que llegaron a El Paso, después de haber cruzado las montañas Rocallosas a través de un estrecho y turbulento puerto, ya que el motorcito no daba para subir más.

Los dos hermanos Buck obtenían buenas notas en la escuela, pero eran muy diferentes entre si: el menor desinhibido y popular con las muchachas y el mayor retraído y tímido. Su padre era un irlandés soñador, inmenso y autoritario que después de ellos tuvo otros nueve hijos y hacía acrobacia en un Texan AT-6 a pesar de haber perdido la pierna izquierda en un terrible accidente de aviación. La relación entre los muchachos era de envidia-orgullo, con el padre de amor-odio, con la madre de rutina y con las hermanas de desconocimiento.

Al llegar a Los Angeles, helicópteros de todas las cadenas de televisión les salieron al paso tratando de grabar su arribo. Volaban tan cerca de ellos que dos veces tuvieron que irse al aire por la turbulencia que creaban en la pequeña pista de San Juan Capistrano. Después de dos semanas de vacaciones en Los Angeles, cruzaron en el Cub hasta Florida, subieron por la costa atlántica y volvieron a casa. Lo que iniciaron como una simple aventura resultó un hecho trascendental que cambiaría sus vidas.

Treinta años después ... Rinker Buck, el menor de los aventureros, decidió poner sus recuerdos en un libro que tituló "Flight of Passage. A memoir". En él va mezclando una emocionante narración de la travesía con la crónica de la relación interfamiliar que inspiró el viaje, los pensamientos que lo asaltaban mientras volaban y las reflexiones que a través de los años ha madurado. El resultado es un libro de aviación y humanismo que tanto a mi hija Marié como a mí nos encantó. En los Estados Unidos ha sido un "best seller" y equiparado por algunos críticos con los de Kahn, Bach y Saint-Exupery y por otros con las aventuras de Huckleberry Finn.

En la dedicatoria Rinker Buck escribió: "Este libro es para mi hermano Kern, que nos llevó allá, y para mi padre, Tom, que nos enseñó a soñar y tuvo el tino de dejarnos ir."

El original está editado en New York por la editorial Hyperion y seguramente pronto será traducido al español. Quien desee disfrutar trescientas cincuenta bellas páginas de aviación romántica, deje a un lado el GPS y léalo.