LENCERO INTERNATIONAL

En el estado de Veracruz, el pasado dos de agosto celebramos elecciones para gobernador. Como íbamos a salir de viaje, mi esposa y yo acudimos a la casilla que nos correspondía a las ocho en punto, con la intención de votar e irnos. Para nuestra sorpresa, no estaba aún instalada.

"El conserje se durmió y no había quien abriera la escuela", nos explicó alguien, pero en unos minutos quedará todo listo. A continuación trajeron de algún salón unas sillas de paleta y acomodaron unas macetas formando una valla. Después, el que parecía que mandaba tomó una urna (como caja de archivo muerto con una ventanilla) y la empezó a armar por el fondo, pegándolo con cinta transparente. Antes de cerrar la tapa y con un movimiento de "nada por aquí, nada por acá", la fue mostrando a cada uno de los delegados de partido y finalmente la puso en una de las sillas de paleta.

Ocho y cuarto, dije a mi mujer, pero ya quedó. Me acerqué con la credencial de elector en la mano y fui solemnemente informado que no estaban presentes todos los funcionarios propietarios y de acuerdo a la ley electoral los suplentes no podrían tomar posesión hasta las ocho y media.

En punto de las ocho y media, el presidente de la casilla se puso de pie y yo di un paso al frente. "Ya nada más revisamos la identidad de los funcionarios suplentes y abrimos el acta", dijo él en tono de disculpa y yo di un paso atrás.

Finalmente, cerca de las nueve, voté y fui el primero en descubrir que la tinta indeleble no pintaba. Al ver mi voto solitario por la ventanilla de la urna, me sentí importante: "en este momento -pensé- el único que sabe quien va ganando en esta casilla, soy yo".

Por la noche, cuando me enteré que Miguelito Alemán (así decía mi papá, para diferenciarlo) llevaba ya un margen que le garantizaba la victoria, lo primero que vino a mi mente fue la imagen del aeropuerto internacional de Xalapa, que prometió construir si resultaba triunfador. Después imaginé a mi Cessna descendiendo entre la niebla en el ILS a la pista 08 derecha y sonreí pensando que ya tendré pretexto para invertir (gastar, dice mi mujer, que no sabe de aviación) en un autopiloto de tres ejes.

Ahora estoy preocupado por la información meteorológica ¿bajo que letra tendré que buscarla? Mi duda brota porque en la base de datos norteamericana, la información del Aeropuerto Internacional General Heriberto Jara Corona, de la ciudad de Veracruz, está listada en la G, de "General", antes de Guaymas.

Ingenuo como soy, pensé que los gringos se habían equivocado y escribí a la NOAA (National Oceanic and Atmosferic Administration) pidiendo que publicaran la información en la V, de Veracruz. Imposible, me contestaron, los nombres son oficiales y los proporciona la OACI (Organisation de l'Aviation Civile Internationale).

Medio incrédulo y aprovechando que andaba yo cerca, llamé a la OACI en Canadá y les pedí que corrigieran el error. Imposible, fue también la respuesta, la OACI publica y difunde, pero no puede modificar la información que oficialmente proporciona cada país y... la autoridad aeronáutica mexicana escribió en el renglón correspondiente de la forma de registro "General Heriberto Jara" en vez de "Veracruz". No, pos sí.

En el caso de Xalapa, cuyo nombre se escribe indistintamente con equis o con jota, el asunto se prestará a confusión, por lo que deseo aportar desde ahora mi granito de arena al nuevo aeropuerto, sugiriendo que la información se publique en la L, de Lencero International.