En la primaria fuí compañero del Bolován, un gordito que en realidad se llamaba Obdulio, razón, supongo, por la cual nunca le molestó el apodo. En la tienda de la escuela había un letrero que decía "Bolovanes", de modo que la grafía de la palabra me era familiar. Años después me enteré que bolován no existe en el idioma español y que se originó en una deformación de tres palabras en francés: vol-au-vent, que más o menos suenan como volován. Recordé los volovanes cuando leí la simpática carta de Federico Reinking (publicada en páginas interiores) donde aclara que no es borrasear sino volrrasear. Lo primero que pensé fué que al Bolován y a mí nos enseñaron que en español no puede ponerse doble erre después de l, n ó s. La etimología que da Federico no me convenció. El vol (vuelo, en francés) era revelador, pero ¿cómo se escribe rasar en francés?; acudí al diccionario y encontré rader, lo cual tiene sentido (porque rasar viene del latín rasus, que es el participio pasado de radere) pero no queda con volrrasar. Busqué, con mal éxito, en cuanto diccionario tuve a mano y decidí ir a ver a Lygie, la directora de la Alianza Francesa en Xalapa y enseñarle la carta de Federico. En francés, me dijo, no se usa rader (rasar) en aviación, sino raser (rasurar), (como nosotros en: "pasé rasurando los árboles"). Vuelo rasante sería entonces vol-rasant. Voilà! Quedaba por resolver el asunto de la doble erre, la e y averiguar como vol-rasant se volvió verbo. Nada de esto pude aclarar, pero con el antecedente de volován, me aventuro a suponer el proceso: De la doble erre en volrrasear, mientras no se demuestre lo contrario, le atribuiré la paternidad al germánico doktorr Rreinking. Vol-rasant, seguramente se españolizó en volrasar por asociación con la palabra española rasar. Volrasar a su vez ganó una e por "gracia popular" (de pópulus, pueblo), como en barajear (barajar), gaseoducto (gasoducto) y tantos otros barbarismos, quedando en volrasear. La ele, decimos vorrasear, probablemente desapareció porque no es de fácil pronunciación (en español no hay palabras con "volr"). La palabra se volvió verbo porque rasar lo es, además de que en México somos geniales para inventarlos (eficientar, digitalizar, impactar, checar, batear, estolear, banquear, riverolear, etc.). Francia fué la cuna de la aviación y vorrasear, como fuselaje, son galicismos aeronaúticos que no aparecen en los diccionarios. A Obdulio, por cierto, hace cuarenta años que no lo veo,
pero creo que ya no me atrevería a llamarlo por su apodo. Correría
el riesgo de que me dijera lo que mi hija cuando leyó este artículo:
el que está como vol-au-vent eres tú. |