Recientemente tuve la oportunidad de visitar el "Lone Star Flight Museum", en Galveston, Texas, notable por la calidad de sus aviones y el hecho de que sean volados regularmente. Algunos de ellos, según el catálogo, pertenecieron a la Fuerza Aérea Mexicana antes de ser adquiridos y restaurados. Para mí, sin embargo, lo mejor fue el encuentro con Eugene Kranz. Eugene, controlador de vuelo retirado, actualmente está ensamblando, en la parte posterior del museo, un biplano Murphy que construyó en la cochera de su casa, cercana a Houston. Cuando lo saludé en uno de los pasillos, le dio gusto saber que yo también había armado un biplano, me llevó a ver el suyo y amablemente me explicó las peculiaridades del Murphy y su construcción. N427EK es la matrícula que escogió y observé en el plano vertical de su biplano. EK son sus iniciales, pero ¿qué significa el 427? "Abril 27 -dijo con naturalidad- la fecha más importante de mi vida". Ante mi mirada de interrogación, añadió con cierto rubor: "Ese día me casé". Durante la hora que charlamos sobre vuelo y aviones, su entusiasmo por la aviación general fue evidente y nunca mencionó la NASA ni el espacio, donde es un héroe. Su papel como controlador de la misión espacial Apolo XIII fue decisivo para el espectacular rescate del módulo lunar Acuario, cuando un tanque de oxígeno en la nave principal explotó a medio camino entre la tierra y la luna en 1970. Quien haya visto la película "Apolo XIII", recordará a Eugene (Ed Harris) como el tipo del chaleco ante la consola principal del Centro Espacial Johnson en Houston, hablando con Jim Lovell (Tom Hanks) en el modulo lunar Acuario. A quien converse sobre vuelo y aviones con Eugene Kranz, le será difícil adivinar que fue "Top Gun" en la Fuerza Aérea norteamericana, pero no le quedará duda de su pasión por un pequeño biplano gris con hélice de madera y ochenta caballos de potencia. Antes de despedirnos, me pidió consejo (¡a mí!) sobre el reglado de las alas. No le pedí un autógrafo por no ofender su sencillez. |