Las analogías nos ayudan a visualizar y comprender. La mejor analogía que conozco de la turbulencia es la de la olla hirviendo. Aquí va. El sol es incapaz de calentar el aire, del mismo modo que el fuego es incapaz de calentar el agua. Cuando ponemos una olla con agua al fuego lo que calentamos es la olla y por contacto se calienta el agua, empezando por la que está en el fondo.Si el fuego es débil, el calor se va transmitiendo lentamente al resto del agua con cierta uniformidad; pero si es fuerte, en el fondo se empiezan a formar burbujas de vapor que ascienden hacia la superficie. Si el calor se concentra en un punto del fondo de la olla, sólo de ahí brotan las burbujas y por los lados se produce una corriente descendente de agua fría. Cuando son muchos los puntos de calor, se forman muchas columnas de burbujas y muchas corrientes. Las burbujas de vapor no puden subir con rapidez más alla de la supeficie del agua porque chocan con el aire frio, que no es tan buen transmisor de calor; pero si la superficie del agua se calienta lo suficiente para calentar el aire con el que está en contacto, logran brincar un poco antes de condensarse (el vapor es invisible). Cuando apagamos el fuego, el fondo continúa transmitiendo al agua el calor que tiene acumulado, hasta que las temperaturas se nivelan. Cada mañana nuestra atmósfera amanece como una olla de agua fría. El sol aparece por el horizonte y empieza a calentar debilmente la superficie de la tierra entibiando gradualmente el aire. Cuando sube, los rayos son cada vez más directos y calientan los materiales refractarios (concreto, piedra, arena, asfalto) y se empiezan a producir burbujas de aire caliente (termales). Cuando el sol llega al cenit son ya muchos los puntos calientes y se produce el efecto de una olla hirviendo. Las burbujas de aire caliente eventualmente alcanzan una capa fría de aire que equivale a la superficie del agua en la olla y sólo ocasionalmente llegan a penetrar un poco. En una superficie irregular extremadamente caliente (como el valle de Perote) el viento hace girar a la columna de aire que asciende y se produce un torbellino. El torbellino, siendo de aire, no es visible, pero como en su interior se produce una baja presión, jala polvo de la supeficie y nos permite verlo. Sobre superficies limpias con obstrucciones a los lados (como una pista) pueden llegar a producirse torbellinos que resultan invisbles y son peligrosos para un avión. La velocidad tangencial del viento en un torbellino es de aproximadamente 20 nudos y la vertical de más de 2000 pies por minuto. Todos sabemos que en turbulencia debemos operar el avión a la velocidad de maniobra (Va), la cual es proporcional al peso del avión. Cuando el manual (o una calcomanía cerca del velocímetro) sólo la especifica a peso máximo, la regla es diminuirla la mitad del porcentaje de variación del peso. Por ejemplo, si el avión pesa 20% menos del peso máximo la velocidad de maniobra es 10% menor que la especificada.
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